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La noche una fabula, los sentidos son solo imágenes. Episodios resultan en ensayos por existir, por encontrar y dejar las mismas cosas y signos, por otros que el alma interioriza como bocanada necesaria.

La llama voluble de la noche, la luz del cuerpo sediento, el alma que viaja y se despega, las manos que acarician y hacen daño y el llanto vacío y mudo, se personifican tentadores a la percepción del hombre errante que construye el cuerpo del delito y deja registros cuidadosos para erigir una historia compleja de su tiempo.

Así la dicotomía entre ficción y realidad expresada en movimientos se configuran en una propuesta donde las sensaciones se conciben concluidas en objeto y tema en contraposición de la simple y externa imagen.

Jesus Gíl